Durante mi tiempo en la universidad compartí la casa con amigas que sufrían de anorexia y depresión. Tengo miembros de mi familia cercana afectada por esquizofrenia, depresión e intentos de suicidio. Cada día trabajo con colegas y estudiantes luchando con varias expresiones de enfermedad mental. Igual de reales como la presión alta, migrañas o un problema cardiaco que afectan la salud física, las enfermedades mentales son un problema de salud muy presente en el Ecuador y globalmente.

¿Como se define la salud mental?

La OMS define la salud mental “como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

Según la OMS, los principales trastornos de salud mental a nivel mundial son: la depresión (que afecta a 300 millones de personas a nivel mundial), el trastorno afectivo bipolar (que afecta alrededor de 60 millones), esquizofrenia (afecta a 21 millones) y demencia (47,5 millones de personas). En los países de ingresos bajos y medios, entre un 76% y un 85% de las personas con trastornos mentales graves no recibe tratamiento (1).

Recientemente tuve el privilegio de tomar un curso sobre salud mental enseñado por un psiquiatra cristiano quien nos ayudó explorar la relación entre la psiquiatría, psicología y consejería bíblica. Nos ayudó entender la realidad de las afectaciones de salud mental para la persona afectada y el impacto en las personas cercanas. Cada afectación es única y puede ser causada por uno o combinación de varios factores incluyendo genética, bioquímica y relaciones sociales. Mas que todo nos enseñó como la comunidad cristiana puede y debe estar presente para amar y caminar juntos a quienes luchan con su salud mental y con sus familias. Lamentablemente, por el momento no hay la opción de una intervención integral dentro del sistema de salud en Ecuador para cuidar y tratar la salud mental. La realidad es que las personas y sus familias sienten vergüenza, temor, soledad y a veces rechazo porque muchas veces en la sociedad y en la iglesia hay poco conocimiento o reconocimiento de problemas de salud mental. Tenemos que luchar contra el silencio, el estigma y vergüenzas que sienten las personas y sus familias. Necesitamos aprender a escuchar, aceptar y saber acompañar personas y sus familias que luchan con ansiedad, depresión o anorexia, por citar algunos casos.

Si leemos cuidadosamente nuestras Biblias encontramos a personas quienes vivieron momentos de profundo ansiedad, depresión y soledad. En I Reyes 19 encontramos la historia de Elías, quien en un estado de agotamiento extremo, ansiedad y depresión clama ¡Basta Señor, quítame la vida…! (v 4) y vemos como Dios va a su encuentro.  En Salmo 88 observamos que el salmista escribe desde una realidad muy oscura diciendo “Estoy harto de males y mi vida, al borde del Abismo (v4)…Encerrado, no puedo salir, mis ojos nublan del dolor (v9)…Alejaste de mí mis amigos y compañeros, mi compañía son las tinieblas (v19)” Hay más ejemplos en el Salmo 13, 22, en el libro de Job, en la vida de Moisés (Números 11:15) y la de Jonás (4:3). Lo que las Escrituras afirman es que Dios SÍ esta presente en los momentos más oscuros.

A continuación, quiero compartir 5 tips para cuidar tu salud mental:

  1. Procura tener una dieta balanceada y saludable, que incluya estar bien hidratado. Haz 30 minutos de ejercicio 4-5 veces a la semana y apunta a 7-8 horas de sueño cada noche. Un estado de estrés físico por largos periodos puede afectar negativamente tu salud mental.
  2. Busca un espacio seguro para trabajar temas dolorosos no resueltos de tu pasado, p.e abuso sexual, relaciones familiares rotas, bajo autoestima, violencia, etc. El estrés emocional que provoca este tipo de temas puede hacer una persona mas vulnerable a sufrir de una enfermedad mental.
  3. Si luchas con ansiedad, depresión u otros extremos de pensamientos no te quedes en silencio. Habla con alguien de confianza que sabe de estos temas. Podría ser tu asesor de la CECE, algún líder o pastor en la iglesia o un amigo. No mantengas tus sentimientos escondidos. Sí hay lugares de ayuda profesional y pastoral donde puedes recibir el apoyo que necesitas.
  4. Ten la seguridad que tu salud mental es igual de importante como tu salud física. Es importante recibir una evaluación exhaustiva física, psicológica y psiquiátrica para poder buscar la ayuda necesaria.
  5. Ser creyente no nos hace inmunes automáticamente a enfermedades mentales, pero sí nos asegura que Dios está presente y a través de su comunidad puede caminar junto a quienes sufren.

http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/ 
https://www.ecuavisa.com/articulo/noticias/internacionales/327051-segun-oms-85-personas-enfermedad-mental-grave-no-recibe


Por Ruth Hicks

Ruth sirve actualmente como Asesora Pastoral de la CECE Quito. Está casada con Josué, quien también sirve en el movimiento, y tienen dos hijas. Ruth tiene estudios en Fisiología y Nutrición (BSc, Massey University), Desarrollo Comunitario (MPhil, Massey University), y Teología del Trabajo (MCS, Regent College).