La participación cristiana en la esfera pública ha sido un tema de amplio debate entre los cristianos durante mucho tiempo. A gran cantidad de cristianos se nos enseña que no es adecuado formar parte de procesos de ámbito público o político, sin embargo, surgen algunas interrogantes entorno a este debate: ¿Cómo los cristianos deberían comportarse en el espacio público? ¿Cuáles son los desafíos que se debe enfrentar? ¿Cómo vivir la fe en medio de la administración pública y una cultura contraria? ¿A qué somos desafiados como estudiantes universitarios y profesionales en esta área? 

El tema nos invita a reflexionar sobre las circunstancias que Daniel tuvo que experimentar para interactuar en la función pública, cumpliendo funciones administrativas, los desafíos que enfrentó y su comportamiento ante situaciones que iban en contra de sus principios.  Daniel fue un profeta que vivió el exilio, no se dedicó por completo al Ministerio Profético, pues su labor en Babilonia fue la de un jefe público administrativo, tenía un cargo público en el palacio real. Desempeñó sus funciones hasta el primer año del rey Ciro (Daniel 1:21). Su labor supera a los demás profetas bíblicos, destaca que Daniel era un administrador de la función pública que ocasionalmente recibía sueños y visiones y las interpretaba. También observamos que la Biblia provee testimonios de personajes bíblicos que ejercieron importantes cargos públicos, como sucedió con José (Gn. 41:38-45), Nehemías (Neh. 2:1) y Daniel (Dn. 1:21; 2:48, 49; 5:11, 12; 6:1-3), entre otros. 

¿Cuáles son los desafíos que Daniel enfrentó al estar en la esfera pública? 

Daniel reconoce que está interactuando en un contexto diferente al de su nación, el proviene del linaje de los príncipes de Judá, tenía una preparación académica previa antes del exilio, por eso fue elegido para formar parte del palacio del Rey de Babilonia. Uno de sus primeros desafíos fue aprender las letras y el idioma de los caldeos, esto incluía un aprendizaje de características académico – religioso, donde se instruirían en la astrología, astronomía y mitología, las ciencias desarrolladas en este imperio (Daniel 1:5). Otro de los desafíos fue la imposición de la dieta y el cambio de su nombre de Daniel a Beltsasar. 

Aunque Daniel se sometió a todo aquello que no afectaba sus principios, observamos que su adaptación tuvo un límite. A la hora de consumir alimentos de origen dudosos, consagrados a rituales paganos, se negó a ingerirlos conforme a la ley hebrea.  Ante tal conflicto puede notarse su convicción y la fidelidad (Daniel 1:8), así como su prudencia al tratar a sus superiores. Fue cauteloso e inteligente en la forma de plantear el problema y sugerir una solución, sujeta a evaluación (Daniel 1:8-14). En la corte del Rey, Daniel fue condenado a muerte (Daniel 2:1-13) y recibiendo revelación divina sobre el sueño de Nabucodonosor con discreción y sensatez propone una solución al Rey, Daniel demuestra preocupación por el bienestar ajeno (Daniel 2:24), salvando así la vida de los caldeos. Viendo este gran acto el Rey se humilla ante el Dios Verdadero y promueve a Daniel como Gobernador de Babilonia. Algo digno de notar es que en ningún momento se atribuye mérito alguno, ni en privado ni en público (Daniel 2:20-23; 27-30), tampoco se envanece ante los honores recibidos. 

¿Cuáles son los desafíos en la esfera Pública? 

Actualmente en Ecuador y en algunos países de la región estamos atravesando momentos de crisis en diferentes ámbitos de la sociedad, en lo económico, político, judicial y social, que afecta de gran manera lo público. Hoy en día los organismos de control del estado tienen muy poca credibilidad en el cumplimiento de la ley dando como resultado el descredito a lo público. Sin embargo, Dios nos invita a que, como en la época de Daniel, sigamos fieles a los principios y a través de su Palabra mantenernos firmes en la fe esperanzadora, para que interactuemos en el espacio público considerando las pautas que nos ofrece el relato del libro de Daniel: 

  • Conocer el contexto en que nos desenvolvemos: entornos públicos sus características, desafíos y demandas. 
  • Estar preparados académicamente para interactuar en lo público.   
  • Establecer límites para no doblegar a la corrupción en que está sometida la esfera pública y mostrar nuestra convicción y fidelidad a los valores cristianos. 
  • Conocer leyes, deberes y derechos para establecer diálogos honestos que permitan velar por el bienestar común. 
  • Activar la fe y depender de Dios para poder buscar una solución ante la situación de conflicto que presente lo pública. 

Conclusiones: 

Los cristianos estamos llamados a formar parte y cumplir con nuestras obligaciones de manera correcta en la interacción pública, respetando las leyes vigentes, participando y evitando la corrupción (Daniel 6:4). Podemos considerar como una oportunidad, el formar parte de lo público para promover desde estos espacios políticas públicas que atiendan las realidades sociales generando justicia. Siendo esta una característica que muestra nuestro estilo de vida, buscando el bien común y glorificando de esta manera el nombre de Dios. La finalidad de esta narración es que todos reconozcamos su grandeza, lo alabemos, tal como lo hizo el Rey Nabucodonosor: “alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos…” (Daniel 4:37).

Merwin Chávez

Merwin Chávez

Es ecuatoriano. Trabaja como Asesor Técnico de Proyectos de Desarrollo en la ONG Misión Alianza de Noruega en Ecuador (MANE). Actualmente es miembro de la Junta Directiva de CECE. Fue Asesor Pastoral de la CECE en la ciudad de Guayaquil. Es Ingeniero Industrial de profesión y Master en Desarrollo Local. Forma parte de la Comunidad Evangélica Casa De Esperanza. Casado con Ghislaine Jarrín R. y Padre de Nathaly, Paulo y Bruno Chávez Jarrín.