Hoy compartimos algunas de las ideas centrales del taller ofrecido en el Campamento Nacional, que nos invitan a reflexionar y ser intencionales en crecer como adultos. Miguel Peñafiel, Asesor Junior de Guayaquil, escribe para nosotros.  

¿Alguna vez viste “Rugrats ‘aventuras en pañales’”? En un capítulo los niños sueñan con sus vidas de adultos y es ahí donde Carlitos dice su frase célebre, si no lo has visto te dejo un pequeño video aquí: https://vm.tiktok.com/ZMYKxPfSW/. Y es que sí, muchas veces nos da miedo las transiciones en la vida, los nuevos retos, responsabilidades, hacer trámites o comenzar a pagar las cuentas solos. ¿Tal vez has querido volver a ser un niño para evadir estas situaciones? Probablemente muchas veces, en especial cuando empezaste a formular tu vida como un adulto funcional. 

Pero ¿qué significa ser un adulto funcional? Es tener la capacidad de cuidar de sí mismo, crecer en distintas áreas y afrontar los nuevos desafíos de esta edad y mantener lazos sociales, parece fácil, pero en realidad, no lo es. En el Campamento Nacional exploramos junto a los estudiantes este taller y comprendimos que es una transición difícil, pero que se torna más complicada cuando no tenemos las herramientas suficientes para atravesarla.  

Al igual que Carlitos, a veces nos sentimos asustados y queremos volver a ser niños, pero siempre hay un Tommy que nos recuerda lo maravilloso que es la vida adulta, siempre y cuando comiences a prepararte para enfrentarla. No tenemos la respuesta a todas las preguntas, pero si algunas guías que te pueden servir.  

  • Ser un adulto interdependiente 

Ser un adulto no solo se refiere a pagar cuentas, vivir solo o tener una estabilidad laboral, también implican las pequeñas cosas que hacemos en casa, por ejemplo: cocinar, lavar platos, lavar y doblar la ropa o limpiar.  

Y en especial aprender poner límites relacionales sanos con el fin de encontrar la madurez que necesitamos para vivir como un adulto funcional (1 Corintios 13:11). 

  • Tener un proyecto de vida  

Esto debe responder a ciertas preguntas: ¿quién soy?; ¿a dónde voy?; ¿qué estoy construyendo? Esto te permitirá proponer metas concretas en tiempo determinados y podrás evaluar los recursos que necesitas para cumplirlo, pero también a valorar los que ya tienes.  

Como creyentes reconocemos que Dios hizo un proyecto de vida y que cada ser humano fue creado con un propósito (Génesis 2:15) 

  • Vocación y vida devocional 

 Somos llamados a nuestra vocación a vivir centrados en estos cuatro mandatos:  

  • Mandamiento cultural (Génesis 1:26 – 28; 2:15) 
  • Mandamiento del amor (Marcos 12: 28 – 29; Mateo 22:37; Romanos 13: 8 – 10)
  • Nuevo mandamiento (Juan 13: 34 – 35)
  • La gran comisión (Mateo 28: 18 – 20)  

Desarrollar nuestra vida devocional nos ayudará a lograr un mayor conocimiento sobre la vida de Jesús y su deseo de que seamos transformados a su imagen, así creciendo en madurez.  

Somos desafiados a encontrar espacios donde podamos desarrollar nuestra vida devocional. Este momento es personal y es importante que busques el mejor momento del día para hacerlo. Prueba una forma de meditar en su palabra, en la CECE tenemos varios recursos que te pueden ayudar; no olvides anotar en un cuaderno tus preguntas, aplicaciones y luego reúnete con alguien para compartir como te va en este proceso.  

  • Presupuesto  

Claro que necesitamos un presupuesto para empezar a desarrollarnos como adultos funcionales. Esto es una herramienta que te ayudará a tener un registro de tus ingresos y egresos, podrás tener un equilibrio, serás más intencional en dar a Dios en cuanto a tus ofrendas y diezmos.  

Puedes tener un presupuesto aún si no tienes un ingreso fijo, ya que te enseñará a identificar entre una necesidad y un deseo. Si empiezas ahora con poco, será más fácil cuando tengas más ingresos porque ya tienes el hábito de elaborar tu presupuesto.  

Probablemente no sean tips fáciles de seguir o tal vez ya los vienes haciendo, lo importante es que puedas seguirlos para madurar y no sufrir tanto con la transición. Crecer no es fácil, siempre tendremos esas dudas, esos miedos. Pero, también es divertido, disfruta de la nueva etapa que viene en camino, no estás solo, cuentas con una comunidad de fe que está dispuesta a ayudarte y a acompañarte en el proceso.  

Miguel Peñafiel

Miguel Peñafiel

Miguel es licenciado en Comunicación Social graduado en la Espol, sirve como Asesor Jr. en Guayaquil. Asiste a la Iglesia de Confesión Luterana ‘Arca de Noé’ y sirve en el grupo de jóvenes como parte del equipo de liderazgo. Le gusta ver series y últimamente dormir.