A Bernabé lo encontramos en varias porciones en el libro de los Hechos. La mayoría de los textos lo mencionan como compañero de Pablo en sus primeros viajes misioneros. Podemos decir que llegaron a ser los “Batman y Robin” de su tiempo. Su verdadero nombre era José, más los apóstoles le dieron por sobre nombre Bernabé que significa “Hijo de consolación”. De la referencia que hace Lucas en Hechos 11:23-24, podemos deducir que era un hombre “lleno de fe y del Espíritu Santo, confiable y leal a la causa de Cristo”. Están son cualidades de Bernabé que nos llaman a imitar y considerar en nuestro quehacer misionero en las universidades.

El estilo de trabajo de Bernabé fue multifacético. Lo vemos en momentos de su ministerio como líder y pastor de las nuevas iglesias que se establecían. Al mismo tiempo acompañando, animando y exhortando a los nuevos creyentes. En este blog intentaremos dar un brevísimo vistazo a su trabajo misionero. No tocaremos todas las tareas que Bernabé realizó en su ministerio. Nos enfocarnos en Bernabé como modelo de discipulador y como fiel compañero de misión. Considero relevante a estas dos cualidades de Bernabé, las cuales se entretejen con sus dones como pastor, consolador y consejero.

Bernabé como discipulador

Lo más probable es que Bernabé fue uno de los primeros frutos del ministerio de evangelización de los primeros discípulos de Jesús. Hechos registra que Bernabé era parte de la iglesia en Jerusalén y gozaba de buen testimonio y credibilidad, por lo que lo eligieron para la evangelización en Antioquía (Hch. 11:24). La iglesia de Jerusalén fue la iglesia local que discipuló, formó y confirmó su llamado a la misión. Todo su trabajo de evangelización, discipulado y acompañamiento pastoral fue validado por su iglesia local. Su pasión por el evangelismo y discipulado de nuevos creyentes fueron notables.

Durante su primer viaje misionero con Pablo, lo vemos ejerciendo sus dones de evangelista y discipulador. Los nuevos creyentes que habían sido convertidos ahora eran afirmados en su fe, elegidos como líderes y enviados a la misión (Hch. 14-21-23). Esta es la misión integral a la que todos estamos llamados a hacer en nuestros contextos eclesiales, universitarios o de trabajo. Debemos recordar que nuestra tarea no solo se limita a discipular nuevos creyentes, esa una parte de la tarea. También nuestra misión nos debe llevar a cruzar barreras ideológicas, raciales y sociales con el Evangelio de Jesús. El liderazgo o el llamado a la misión se da en el contexto de una iglesia. Sera difícil hacer la misión integral si una iglesia no está detrás de nuestro trabajo misionero.

Bernabé como fiel compañero de misión

Si hay algo que resaltar en el ministerio de Bernabé fue su humildad y lealtad. Él reconoció el potencial en sus discípulos y les dio la oportunidad de hacer la misión juntos. Un ejemplo de esta sensibilidad fue el discipular al mismo apóstol Pablo en el inicio de su ministerio. El relato nos dice que viajó a Tarso y lo trajo a Antioquía donde pasaron todo un año (Hch. 11:25-26). Lo mismo vemos haciendo con Juan Marcos, quien era su sobrino, que lo llevó en su primer viaje misionero junto con Pablo. Bernabé creía tanto en el discipulado que más tarde lo invitó a ir a su segundo viaje misionero aún en contra del deseo de Pablo (Hch. 15:37-39). A pesar del desacuerdo y las perspectivas diferentes, Pablo y Bernabé, mantuvieron buenas relaciones a lo largo de su carrera ministerial.

Muchas veces cuando hacemos la misión encontramos personas con muchos dones, talentos y potencial. A veces nos podemos sentir intimidados o amenazados, ya que como solemos decir son personas que “nos pueden serruchar el piso”. Poner a un lado nuestros intereses personales siempre permitirá el avance del Reino de Dios.

¿Cómo nos desafía el ministerio de Bernabé para la misión en la Universidad?

Recordemos que Bernabé y Pablo fueron llamados y guiados por el Espíritu Santo a llevar el mensaje de reconciliación a los gentiles. Nosotros somos el fruto de ese arduo trabajo de expansión y somos llamados a continuar el trabajo que se nos encomendó de “Ir y hacer discípulos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra” Hechos 1:8. La vida y ministerio de Bernabé puede ser de mucha inspiración para nosotros hoy. En especial por el impulso evangelístico de ir más allá de tu zona de confort, por ser hombres y mujeres humildes y sensibles a la dirección del Espíritu Santo que nos muestre cómo ser intencionales en seguir formando nuevas generaciones de líderes y equipos comprometidos con la misión.

 Bibliografía:

Carlos Ruiz

Carlos Ruiz

Carlos esta casado y tiene dos hijas. Nació en Quito y desde el 2004 sirve como misionero con SIM. Su formación es en áreas como: electrónica y radio, estudios bíblicos y teológicos enfocados en misiones transculturales y liderazgo juvenil. Desde el 2017 hasta la actualidad sirve como Asesor Pastoral en la cuidad de Loja. Una de las cosas que más disfruta es compartir con amigos al rededor de una taza de capuchino.