Cada Asesor Pastoral de la CECE ofrece su tiempo y dones para acompañar y formar a los universitarios y son una parte muy importante del equipo. Recientemente, William Murillo ha terminado su tiempo de servir como Asesor en la ciudad de Guayaquil y hoy escuchamos sus reflexiones de servicio y misión. 

Llegué a la CECE en el año 2010 por invitación de Merwin Chávez, ex Asesor de la CECE. Sin conocer muy bien de qué trataba, accedí para participar en un evento llamado Semana Bíblica. Esta experiencia de aprendizaje, sobre los diferentes métodos de estudios bíblicos, fue mi primer acercamiento a la CECE y también mi primer encuentro con otros estudiantes universitarios para profundizar en el estudio de la Biblia.  

Para ser sincero, no había tenido antes la oportunidad de participar en un espacio así, todo era una nueva experiencia para mí. Más adelante, comencé a asistir a otros talleres y reuniones que se daban una vez al mes. Fue el Campamento del 2011 que me motivó a pasar de ser un participante a involucrarme más en las actividades que la CECE organizaba. A partir del 2012, me sumé al equipo que coordinaba las reuniones de estudio bíblico en la Universidad. Luego, en 2013 fui elegido como coordinador general.  

Estoy convencido que la CECE es el espacio indicado para poner en manifesto nuestros talentos y dones. Hay la oportunidad de aprovechar las diferentes actividades para poner al servicio de Dios las habilidades que tenemos, por ejemplo: facilitación de un grupo, enseñanza, alabanza, evangelización, discipulado, entre otros. También pienso que, por medio de la CECE, Dios nos invita a ver otra dimensión de la misión, pues somos misioneros en nuestro círculo local llamado Universidad. La CECE ofrece la posibilidad de llevar a cabo la misión de Dios junto a equipo de personas con la misma convicción.   

Algunos de los aprendizajes más significativos que tuve como estudiante fueron: 

  • El acercamiento a la Palabra, con rigurosidad y fidelidad. El ver la centralidad de la Palabra en todos los aspectos de nuestra vida: eclesial, estudiantil, familiar, laboral, etc. 
  • Ser parte de una comunidad diversa, con amplias formas de pensar, riqueza interdenominacional. El escuchar a otros de diferentes disciplinas y pertenecer una familia internacional (IFES).   
  • Ampliar el concepto de hacer misión (no solo cruzar fronteras geográficas), estudiar el CETI, y mirar a nuestro trabajo como un lugar de misión. Apreciar las diferentes maneras en las que podemos involucrarnos en el plan de Dios, incluido aquí en los espacios cotidianos donde nos desenvolvemos, por ejemplo: las aulas universitarias.  
  • Aprender a caminar juntos, guiar y hacer preguntas claves. Esta es una de las áreas que mayor ha aprendizaje me ha dado. He aprendido a ser más intencional en mis interacciones con los demás y crear vínculos significativos para compartir, discipular y acompañar sin algo formal pero sí con la idea de conocer a la otra persona y acompañarle en su caminar con Dios.  

Aprecio todo lo que la CECE ha invertido en mí. Definitivamente es donde más me he capacitado. He participado en campamentos, encuentros de formación estudiantil, semanas bíblicas, estudios bíblicos, eventos nacionales e internacionales. También a través del acompañamiento y discipulado de mis mentores quienes dieron de su tiempo para escucharme y ayudarme a lidiar con algunos desafíos a nivel personal, estudiantil y laboral.  

Pienso que he invertido en la vida de otros de la misma manera: capacitando y siendo un guía en situaciones específicas con cada una de las personas con las que tuve contacto. Lo más significativo ha sido generar amistades que perduran con el tiempo y que han sido edificantes para mi vida y me convenzo de que así mismo mi amistad ha sido edificante para otros.  

Al meditar en estos años de servicio, en sus desafíos y alegrías, siempre uno queda con la sensación de que se pudo haber hecho más cosas y de mejor manera. El mayor desafío es dejar el temor de hablar de Cristo en cualquier contexto en el que me encuentre, ahora incluso en el trabajo. Y en relación a las alegrías, haber sido parte de un equipo muy talentoso ha sido enriquecedor y haber conocido a otros compañeros de misión que realizan la misma labor en el país o incluso en otras naciones. Con la CECE viajé mucho, esos recuerdos van a perdurar para toda la vida. 

Servir en la CECE ha marcado mi caminar con Jesús en distintas maneras. Considero que es importante la motivación a la luz de la Palabra y guía del Espíritu Santo. Hay momentos en los que podemos sentirnos desanimados y solos, pero será Dios mismo quien nos reanime desde lo que su palabra y Espíritu nos impulse. 

El servicio en la CECE requiere mucha iniciativa. Hay que ser intencionales para invitar, abrir una conversación y dar seguimiento a una situación con un estudiante. Mantener en todo momento la centralidad de la palabra y la mirada en Cristo, antes que las reglas o doctrinas de cada uno.  

Varias personas me han descrito como una persona organizada. Con eso en mente, creo que algunos han apreciado la capacidad de organización y planificación que he tenido y lo ven como un ejemplo a seguir. Así mismo, el compromiso y desafío de servir en la CECE a la vez que estaba estudiando, ejerciendo la profesión y siendo parte de una familia. Junto con Lupe hemos podido evidenciar que, haciendo ciertos ajustes y esfuerzos, sí es posible servir como familia en el ministerio. 

Mi ánimo es que sostengan el ministerio invirtiendo lo más que se pueda en abrir nuevos grupos y capacitar al recurso humano con el que cuentan. La labor que la CECE realiza es admirable en todo sentido: casi en su totalidad es voluntaria y se enfoca en la proclamación integral del Evangelio. 

Damos gracias a Dios por la vida de Willy y sabemos que seguirá aportando en otros espacios a la CECE. Puedes conocer al equipo de Asesores de la CECE aquí y unirte a su Equipo de Socios de Misión. Oren con nosotros que Dios siga trayendo nuevos Asesores para servir a los universitarios en Ecuador. 

William Murillo

William Murillo

Tengo 32 años. Mi familia la conforman: Lupe (mi esposa), Elena (mi hija) y Astrid (mi sobrina). Mis temas de interés son la política, deportes y juegos de mesa. Soy contador público de profesión y actualmente estoy cursando una maestría en dirección educativa.