2 Timoteo es un gran llamado de Pablo a Timoteo a permanecer fiel a Dios, a Pablo, y a su vocación como ministro del evangelio. ¿Cuáles son entonces las implicaciones de lo afirmado acerca de las Escrituras? Pablo afirmó que las Escrituras son sagradas e inspiradas, generan integridad, y promueven el servicio (3.15-17).

Las implicaciones de esto para Timoteo y la congregación que él pastoreaba eran al menos tres. La primera es que su valoración de las Escrituras debía estar acorde a su naturaleza o identidad: vienen de Dios mismo. Estas palabras tienen un origen divino, no son cualquier palabra, de ahí las siguientes implicaciones. La segunda implicación es que las Escrituras tienen la capacidad de transformar: generan integridad. Salvación (entrada a una nueva realidad obrada por Dios) y rectitud (encarnación de los nuevos valores de la nueva realidad) son las palabras escogidas por el apóstol para describir esto. La vida sin Dios es una vida fracturada, fragmentada, des-integrada. En Cristo la vida encuentro su centro integrador, por eso se genera rectitud, es decir una vida sintonizada con la justicia de Dios, quien así impulsa el shalom para la creación entera. Y esto nos conduce a la tercera implicación. Las Escrituras, inspiradas e integradoras, nos capacitan para implementar toda clase de bien: servicio en el mundo. Un impacto positivo en el entorno y en los demás. La comunidad de discípulos/as maximizando el shalom para la creación entera.

Las Escrituras son sagradas, transformadoras y capacitan. Se las recibe como inspiradas y generadoras de integridad y servicio. La hermeneútica (interpretación de las Escrituras) que Timoteo y el resto de la congregación debían implementar en su vida como comunidad debería entonces apuntar a ser una hermeneútica de una alta valoración de las Escrituras y que genere integridad personal y servicio en el mundo. Esta es también la tarea de las comunidades universitarias—grupos universitarios, en el lenguaje de la CECE—: un acercamiento a las Escrituras que genere diversas iniciativas de misión en la Universidad, iniciativas que apunten al florecimiento humano y florecimiento institucional.

Pasemos ahora al segundo texto que fue motivo de reflexión en el evento de capacitación. Pablo se dirige a Timoteo diciendo: “Acuérdate de Jesucristo…” (2 Timoteo 2.8 DHH). Esta es una de las frases con las que Pablo llama a Timoteo a mantener clara su lealtad a Dios. Otras versiones de este texto dicen “Nunca olvides…” “Recuerda…”. La palabra en griego que Pablo usa aquí es la misma de donde viene la palabra ‘nemotécnica’, es decir ayudas para memorizar algo. Pablo anima a Timoteo a mantener a Jesucristo vivo y presente en el centro de su memoria. Uno puede entender la pertinencia de esta exhortación en el contexto urbano bastante hostil al seguimiento de Jesús -interna y externamente a la congregación- que Timoteo debía enfrentar en Éfeso. Dadas así las cosas, Timoteo corría el peligro de ‘no recordar’ o ‘recordar mal’ a Jesucristo, su evangelio, reino y propósitos.

Hay una pregunta que salta naturalmente: ¿qué es lo que Timoteo debe atesorar en su memoria acerca de Jesucristo?

La respuesta a esta interrogante la veremos en la siguiente publicación. Atento a sus comentarios e interacciones.