La pregunta que quedó planteada en la última publicación es: ¿qué es lo que Timoteo debe atesorar en su memoria acerca de Jesucristo? (“Acuérdate de Jesucristo…” 2 Timoteo 2.8 DHH).

Podemos suponer con bastante certeza que lo que Pablo anima a Timoteo a atesorar en su memoria acerca de Jesucristo es la colección de historias que el mismo apóstol, y otros, compartieron con Timoteo. Es decir, la colección de historias de Jesucristo que ahora conocemos como los evangelios. Timoteo debía tener viva en su memoria a Jesucristo según testimonio los evangelios y acudiendo a los mismos. La prevención y el remedio frente a ‘no recordar’ o ‘recordar mal’ a Jesucristo es constantemente habitar en los evangelios para que el Jesucristo de los evangelios esté vivo en nuestra memoria y así en nuestras iniciativas de misión. Una buena costumbre que los creyentes universitarios deben desarrollar es la de leer los evangelios con frecuencia. Hay quienes leen los cuatro evangelios una vez al año, hay otros que leen los cuatro una vez al mes (un evangelio por sábado, de corrido), hay quienes estudian un evangelio por semestre en grupo, aplicando diferentes abordajes de lectura cada vez, y así de diferentes maneras.

También podemos suponer con bastante certeza que lo que Pablo anima a Timoteo a atesorar en su memoria acerca de Jesucristo son las afirmaciones que el mismo apóstol hace acerca de Jesucristo en las cartas que intercambia con Timoteo. Tomemos 2 Timoteo para este ejercicio de tomar nota a vuelo de pájaro lo que Pablo afirma acerca de Jesucristo. La versión que usé para el ejercicio es Palabra de Dios para Todos (PDT). Nos encontramos con lo siguiente:

  • Jesucristo envía (1.1)
  • Jesucristo es mediador de la promesa de vida eterna (1.1)
  • Jesucristo con Dios el Padre comunican su misericordia y bendiciones (1.1)
  • Jesucristo es de quien damos testimonio (1.8)
  • Jesucristo es el mediador del generoso amor de Dios (1.9)
  • Jesucristo muestra el generoso amor de Dios destruyendo la muerte y dando a conocer la manera de tener la vida eterna (1.10)
  • Jesucristo es guía a la misericordia de Dios (1.18)
  • Somos pertenencia de Jesucristo (es nuestro dueño) y así media el generoso amor de Dios para nosotros (2.1)
  • Somos sus soldados, dice Pablo, podemos inferir que Jesucristo es el capitán de la compañía (2.3)
  • Jesucristo resucitó de la muerte y se encarnó (2.8)
  • En Jesucristo se encuentran la salvación y la gloria eterna (2.10)
  • Somos pertenencia de Jesucristo (es nuestro dueño) y por eso nos esperan sufrimientos por causa de la fe (3.12)
  • Las Sagradas Escrituras dan testimonio de Jesucristo y conducen a él (3.15)
  • Jesucristo es el sujeto/objeto de nuestra fe (3.15)
  • Jesucristo regresará como rey para juzgar a los vivos y muertos (4.1), así que esto debe movernos a una acción evangelizadora ferviente (4.2)
  • Jesucristo junto a Dios el Padre es testigo de nuestro encargo de anunciar el mensaje (4.1-2)

De este sencillo ejercicio recogemos algunas afirmaciones acerca de la persona de Jesucristo que Pablo hace en el contexto de esta carta personal e íntima dirigida a Timoteo. ¡Una conversación cargada de Jesucristo! ¡Qué maravilla! ¡Qué privilegio ser parte de la conversación entre estos dos hombres! No que nuestras conversaciones deberían estar llenas de versículos bíblicos, eso las volvería aburridas y rígidas, pero sí deberían estar impregnadas del aroma del Maestro.

Pablo le deja a Timoteo pistas claras de qué debe mantener viva en su memoria acerca de Jesucristo. Termino esta publicación con estas preguntas: ¿Con qué alimentamos nuestra memoria de Jesucristo? ¿Qué tenemos actualmente en nuestra memoria acerca de Jesucristo? ¿Estamos de pronto ‘no-recordándolo’ o ‘recordándolo mal’?

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