Hasta aquí mis aproximaciones para construir una teología personal que ilumine mi quehacer como arquitecta y mis aspiraciones en el arte, las he basado en el carácter de Dios como creador, pero con la imaginación lo he tenido más difícil, porque al menos para mí, la pregunta de si Dios tiene imaginación, es igual a la pregunta de si Dios tiene esperanza.

Dios es eterno, solo Él lo es, nadie más (ni en todos los multiversos posibles) lo es. Eterno quiere decir, entre otras cosas, que es completo, no se le puede añadir ni restar nada, no aprende ni se supera porque no puede ser más perfecto, pues lo es infinitamente, lo que lo hace inmutable. Además, está en el pasado, como también está en el presente y en el futuro, porque Él está en todo, y todo encuentra su lugar en Él.

Es así que cualidades tan importantes para nosotros que somos seres finitos e incompletos, no son necesarias para su ser.

Él no necesita esperanza porque Él lo sabe y lo ve todo (Romanos 8:24).

Y sin embargo la misma Palabra con la que nos revela a su propio ser, es el mejor lugar para encontrar esperanza (1 Tesalonicenses 4:13).

Y lo mismo sucede con la imaginación, porque, aunque no se menciona en la Biblia, es uno de los recursos que Dios más utiliza para “conectarnos” con Él.

La imaginación puede definirse como la cualidad de “fabricar imágenes” (imagi-nation = image-making). Es la cualidad que precede a la creación, pero que también la supera, pues como todo creador sabrá el “ideal” es ese clamor interno por eternidad (plenitud y perfección), que siempre se anhela para la obra, pero que nunca se sacia. Por esta razón se convierte en el impulso para seguir imaginando y seguir creando, la eterna centrípeta que alimenta el vicio.

La imaginación es también el recurso con el que “aprehendemos” lo inaprehensible, es el único recurso que el ser humano tiene para vislumbrar la perfección, la entelequia, misma que llega a nosotros como:

  • Forma
  • Mito
  • Fantasía
  • Ícono
  • Metáfora
  • Modelo
  • Ideal

Dependiendo de la época, etnia y cultura.

La imaginación es el único recurso que ilustra para nosotros la tensión de los seres finitos, que tienen anhelos de eternidad en el corazón (Eclesiastés 3:11).

Todos los artistas la utilizan:

El pintor concibe y sostiene su obra
Con ella, y por ella
El escultor mira la roca.
Los danzantes la persiguen con sus cuerpos,
El escritor la dibuja con sus versos.
Gesta en ella sus mundos
Y personajes el guionista,
Y con ella el actor les da vida,
Y el arquitecto atrevido
Construye aun columnas de vidrio
Y espacios de ingravidez,
Con ella sobre el papel (IP)

Y más importante aún que todo eso, con ella el artista “conecta” con su audiencia, y es ella en gran parte la responsable de que la obra siempre trascienda las intenciones del pobre humano que la gestó, y eso no lo digo yo, lo dice con su vastísima experiencia George McDonald.

“Una de las diferencias entre las obras de Dios y la del hombre, es que, mientras la obra de Dios no puede significar más de lo que él quería decir, la del hombre debe hacerlo… el hombre no puede evitar que sus palabras o imágenes caigan en unas combinaciones, en la mente de otro, que él no había previsto…”

The Fantastic Imagination

Cuando leí esto recordé la conmoción, hasta las lágrimas, que causó en Roberto Musso, el compositor de El Cuarteto de Nos, conocer como su canción Razones (un listado de sus insatisfacciones), dio aliento a  una joven, en su lucha contra el cáncer. ¡¿Quién lo hubiese imaginado?!

(Yo diría que esta escena fue una hermosa coincidencia en la gracia común de Dios, para la vida de un artista que suele mostrarse cómodo con la trascendencia incontrolable que tiene su obra).

Cerraré el tema con una serie de ejemplos de cómo el artista de los artistas, nuestro amante Dios, quien no se aferró a su eternidad al identificarse con nosotros, su finita y frágil creación, conecta con nosotros a través de la imaginación.

……………

Damas y caballeros,
Con ustedes
La entelequia suprema,
Que habita toda entelequia
Que el hombre ha concebido
Como si fueran sus ecos.
Con ustedes
El Dios eterno.
(Aplausos) (IP)

…………

Vamos a ver ¿cómo les explico lo infinito, si nunca lo han visto?

“He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no me pueden contener”
(Basado en 1 Reyes 8:27)
 “Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hice alejar de ustedes sus pecados.”
(Basado en Salmos 103:12)
“Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que sus caminos,
y mis pensamientos más que sus pensamientos.”
Isaías 55:9

¡Usando imágenes! ¡Eso es! Porque ya sabes… una imagen dice más que mil palabras

“Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada?”

Con esta imagen les hablare de la santidad, la fidelidad preservadora, la misericordia sanadora, el servicio humilde, de la gracia común, y etc., etc., etc…

Y la imagen al ser escrita, se vuelve poesía, y el poema, ya lo dijo Frost, te recuerda algo que “no sabías que sabías”.

Les recordaré entonces que yo mismo, a ellos me he dado, que mi amistad eterna es mi regalo.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Al que venciere, le daré
a comer del árbol de la vida
y su corona también.
Al que venciere, le daré
a comer del maná escondido,
y la estrella de la mañana,
y una nueva reputación
Delante de mi Padre,
y de sus ángeles cual legión.
Al que venciere, le daré
ser columna en el templo de mi Dios.
y que se siente conmigo,
así como yo he vencido,
y me he sentado con mi Padre
en mi trono, en su trono,
en el trono de mi Dios.”
……….
(Aplausos)
…………

Estas porciones de Apocalipsis 2 y 3 me recuerda Ejercicios de estilo de Raymond Queneau, porque la imaginación nos recuerda que estamos llamados a crear en un mundo donde todo ya ha sido creado (Eclesiastés 3:15). Y, sin embargo, todo puede vivirse en millones de formas nuevas (Salmos 96: 1 y 2) y es la imaginación ¡nuestra imaginación! la que hace esto posible.

Dios quien creó todo lo que existe, visible e invisible como nuestra imaginación, nos dejó un ejemplo de cómo hacerlo, en un libro lleno de imágenes como es el Apocalipsis, que, como tan bien argumentada y metódicamente sostiene Eugene H. Peterson en su libro Reversed Thunder, es una nueva forma de decir, lo que ya nos había contado en los 65 libros anteriores.

Despertando la imaginación de su iglesia, el Espíritu revela lo que estaba oscurecido, nos recuerda algo que a pesar de que sabíamos… no sabíamos que sabíamos.

Ahora tú mi hermana, mi hermano creador, ¿Qué imaginarás?, ¿qué harás evidente?, ¿qué nos recordarás?

Me lleno de entusiasmo, ¡tan solo imaginarlo!

NOTA: Agradezco a Dios por las obras de referencia que han iluminado este artículo, tales como:

  • The Fantastic Imagination de George McDonald
  • The imagination: its function and its culture de George McDonald
  • Reversed Thunder, The Revelation of John & the praying imagination de Eugene H. Peterson
  • Myth: A Flight to Reality de Thomas Howard
  • El mito se hizo realidad de C.S. Lewis
  • Tolkien y Lewis: Mito, Imaginación y la búsqueda de sentido del Grupo Duncan Entertainment

Mismos que son un buen lugar donde empezar para quien el tema le interese.


Por Isabela Pineda

Estudiante de Arquitectura en la Pontifica Universidad Católica del Ecuador. Es una de las líderes estudiantiles de la CECE Quito y sirvió por un año en la Coordinación Nacional de Estudiantes.