Vivimos en una época donde se ha querido garantizar la libertad completa del ser humano. Con el pasar de los años se ha firmado tratados, convenios y cualquier acuerdo que logre hacer entender que el ser humano es libre de cualquier esclavitud que exista. Pero lastimosamente en la práctica no se logra este objetivo, ya que hoy en día existen nuevas formas de esclavitud.  
Una de las formas muy practicadas, tiene que ver con la conocida esclavitud dada por los trabajos de costura y diseños de modas. Se conoce el caso de muchas personas que trabajan desde muy temprano hasta altas horas de la noche para poder tener un salario digno, ya que muchos de ellos ganan por avance o por producción. Conozco el caso de una persona que tiene años trabajando en diferentes empresas incluyendo para grandes marcas reconocidas y en todas ha tenido la misma experiencia “horarios esclavistas y pago miserable por su trabajo”. 

Como diseñadora de modas aspiro tener mi propia marca y mis propios diseños. Deseo poder dar trabajos dignos del ser humano, con salarios que promuevan su identidad como creación de Dios. Además, quiero promover tendencias que rescaten la decencia en la mujer y le de valor a la hora de usar un traje.  

Mi fe me ha enseñado que el ser humano es imagen de Dios y como tal debo de tratarlo a la hora de que trabaje conmigo. También me ha enseñado que como mujer debo tener valor y no debo seguir las corrientes de este mundo en el que vemos que muchas mujeres son denigradas por su forma de vestir. Quiero motivar a que la mujer sea elegante y decorosa en su forma de vestir. 

Deseo compartirles sobre mi experiencia en el mini desfile del Campamento Nacional 2019. Aquel momento que viví fue tan emocionante, y me ayudó a comprender que aún hay vida, resistencia y esperanza en medio del caos. 
Vida para poder disfrutar de cada momento que Dios me da, resistencia para no creer en todas las malas frases que me dicen la personas y esperanza para seguir creyendo y confiando de que sí puedo lograr todo lo que me proponga. Estoy sumamente agradecida a Dios por la oportunidad que me dio de mostrar parte de mi talento en este campamento. Sentí una experiencia única a la hora de hacer el mini desfile. Me sentí valorizada. 

He tenido varios desfiles a lo largo de mis estudios pero ninguno se compara como éste. Pensar que podría hacer esto dentro de un evento cristiano cambió mi visión acerca de mi carrera, la cual puede ser categorizada por muchos cristianos como algo mundano. Sentir que Dios me puede usar para su reino con mi carrera me alegró mucho y me llenó de tantas ilusiones. Lo rico del evento fue ver cómo cada carrera era un instrumento en las manos de Dios para la expansión de su reino y me alegró mucho saber que la mía estaba incluida allí. 


Glenda Medina es diseñadora de modas y miembro de la CECE Guayaquil.