«¿Cómo está la salud de tu alma?»

Esta era una de las primeras preguntas para empezar un Retiro Espiritual al que asistí hace un par de semanas en Costa Rica. Fue un retiro con asesores como yo, de InterVarsity Christian Fellowship (IVCF), quienes están trabajando con un movimiento fraternal de la IFES (Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos) en América Latina (como CECE). No somos un grupo grande – en toda América Latina hay cuatro asesores – una pareja (con sus tres hijos) en Costa Rica, una asesora en Nicaragua y yo acá en el Ecuador. Los cuatro trabajamos con InterVarsity Link, el departamento dentro de IVCF que trabaja para ser el “link” o la conexión entre el movimiento de IVCF en los EEUU con los otros movimientos de IFES por todo el mundo.

El tema central del retiro era “Desarrollando una espiritualidad robusta”. Con un título así sonaría como que vamos a estar haciendo muchas cosas – talleres, exposiciones, estudios – todo para aprender algunas cosas prácticas para la batalla que tenemos para defender la fe. Pero este retiro no tenía nada que ver con eso. Para empezar a desarrollar una espiritualidad robusta, empezamos con lo más profundo de una persona – con el alma.

¿Cuántas veces al día, o a la semana, piensas sobre la salud de tu alma? Para mí, normalmente puedo contar todas las veces en una sola mano. En nuestra cultura, andamos tan ocupados que muchas veces no podemos pausar y preocuparnos por la condición del alma.

«… ¿Por qué hay tanto valor y misterio en cuanto tu existencia? La razón verdaderamente profunda es por causa de esta cosa pequeña, frágil, vulnerable y preciosa que tienes llamado tu alma. No eres solamente un ser, eres un alma… Eres un alma hecho por Dios, hecho para Dios y hecho para necesitar de Dios, lo que significa que no eres hecho para ser autosuficiente.»

DALLAS WILLARD

Este retiro y el libro que estoy leyendo en cuanto el tema (“Soul Keeping: Caring for the Most Important Part of You” por John Ortberg) abrieron mis ojos para ver la importancia de cuidar el alma porque sin un alma saludable, una espiritualidad robusta no puede existir.

«Lo que está controlando tu vida en cualquier momento es tu alma. No son las circunstancias externas, ni tus pensamientos, ni tus intenciones, tampoco son tus sentimientos, pero es tu alma. El alma es ese aspecto de todo tu ser que correlacione, integre, y aviva todo que está pasando en las varias dimensiones del ser. El alma es el centro de la vida de los seres humanos.»

DALLAS WILLARD

Durante estos dos días del retiro, fui desafiado a descansar y cuidar mi alma. Y aprendí que descansar el cuerpo no es lo mismo que descansar el alma – desafortunadamente Netflix no aviva mi alma. Con todas las tareas que tenemos en la universidad y en nuestras profesiones, es súper fácil olvidarnos de nuestras almas. Incluso dentro del contexto de la iglesia podemos enfocarnos tanto en “ganar” o “salvar” las almas de los perdidos, pero no damos un vistazo a la condición de nuestras propias almas.

«El alma perdida que había entrado al ministerio para salvar era mi propia.»

JOHN ORTBERG

Entonces te pregunto de nuevo… ¿Cómo está la salud de tu alma?