Para mí el Campamento Nacional fue una de las mejores y más satisfactorias experiencias de la vida, tanto por los amigos que conocí, como por lo que aprendí. Algo que se me quedó muy grabado en la memoria, de las exposiciones que tuvimos fue que todo le pertenece al Señor y no importa lo que hagamos, nada se sale de su propósito para nosotros siempre y cuando elijamos la vida en Él. Una vida llena de bendición, pero también de muchos desafíos, lo cuales son posibles, pero eso no significa que sean fáciles. El Señor quiere que lo elijamos a Él, HOY y AHORA no “en un ratito” o después. Su llamado tiene carácter de urgencia y tenemos que elegir bien, tenemos que elegir la vida.

Tuve la oportunidad de asistir a 4 talleres, uno de ellos fue «Contando tu historia», me enseñó varios consejos para compartir mi testimonio como una herramienta evangelística. Fue desafiante conocer algunos de los testimonios de mis compañeros y compartir el mío también. Este taller, me enseñó que ninguna historia es aburrida, ni hay por qué añadir cosas para que impacte, pues es mi transición de la muerte a la vida. ¿Qué puede impactar más que eso?

Otro de los talleres fue: «Límites: entre amistad y noviazgo» me ayudó a reconocer hasta qué punto es saludable para mí, como para mi pareja o amigos/as tener ciertos tipos de acercamientos con otras personas o con ellos mismos. Es importante diferenciar entre amistad y noviazgo. Tomar en cuenta lo que esto implica y cómo se debe o debería llevar de buena manera.

Débora Pesántez
Cuenca, Ecuador
Estudiante de Arquitectura, Universidad del Azuay


Antes de asistir a el Campamento Nacional de la CECE pude ver la publicidad que se estaría estudiando el libro de Deuteronomio, y en un principio no me sentí muy emocionado de asistir. Me imaginé, que el estudio de este libro sería muy tedioso, por ser un libro lleno de nombres raros de ciudades, personas y rituales del pueblo de Israel de aquel siglo. Pensé que todo esto ya no tenía ningún significado para nuestros días, pero al estar en el Campamento estudiándolo en comunidad, con la pregunta “¿Qué eliges?” mi perspectiva sobre este libro cambio totalmente.

El Campamento Nacional fue un espacio de mucho aprendizaje de la Palabra de Dios, el cual lo podemos compartir desde nuestras áreas (universidad, hogar, trabajo). Fue un espacio de diálogo y vida comunitaria, donde entendí que a nosotros como cristianos, Dios nos hace un llamado como al antiguo pueblo de Israel: “Escucha Israel” repitiéndonlo constantemente y el escuchar la voz de Dios demanda una respuesta por parte nuestra. Como también somos llamados al conocerle a Él y no solamente conocer sobre Él.

Mi vida fue confrontada con las exposiciones y los distintos talleres; uno de ellos fue “Las broncas que llevo por dentro.” Dios habló mucho a mi vida en este taller, porque aprendimos el proceso de identificar y sanar heridas que llevamos en nuestro interior. Además, del taller “Una vida generosa”, el cual se dieron varios puntos de vista, sobre cómo ser más generosos con los recursos que Dios nos brinda, entendiendo que lo que tengo no es por mí, sino más bien porque por gracias a Él lo he recibido y así mismo compartir con mi prójimo.

Me quedo con lo aprendido, que Dios nos ama con amor infinito, que siempre nos recuerda y nos llama a la obediencia, a depositar toda nuestra confianza en Él y no en otros dioses y nos recuerda también, que estará en nuestras transiciones como con el pueblo de Israel.

Elijo entonces el camino y la vida que es Dios, creyendo en sus palabras de verdad que es por medio de Cristo Jesús.

Jonathan Bulgarín
Guayaquil, Ecuador
Tecnólogo en Mantenimiento y Ensemblaje de Equipo de Cómputos