Mi primer contacto con el libro de Apocalipsis me dejo una impresión de confusión,  fantasía y sorpresa, ahora lo estudio con fascinación, diligencia y voy descubriendo en cada línea la creatividad de Dios para comunicar su mensaje a través de la historia.

El libro de Apocalipsis forma parte de una clase de literatura denominada apocalíptica. Es necesario conocer algunos términos claves. ¿Qué es la literatura apocalíptica? La palabra “apocalíptica” es un término griego que significa revelación o desvelar, este tipo de literatura surgió aproximadamente entre los años 200 a C. y 200 d C.  La mayoría de los libros apocalípticos fueron escritos en un tiempo de persecución y gran opresión, eran momentos donde el mal reinaba, pero en medio de estas tragedias los judíos y cristianos avivaron su fe e identidad.

La literatura apocalíptica se compone de visiones o sueños, expresadas con un lenguaje críptico (significados ocultos). Juan de Patmos  fue invitado al cielo por una voz  para presenciar las visiones  (Ap. 1:11; 4:9) y se le dijo “Escribe, pues lo que has visto” (Ap.1:19) nos invita a ser parte y a reavivar la imaginación para comprender este mundo fascinante de la revelación e introducirnos a realidades más profundas del contexto histórico original y de nuestro contexto actual.

El simbolismo desempeña un papel fundamental, este lenguaje era bien conocido por sus primeros lectores en este libro   El apocalipsis de Juan apela directamente a nuestros sentidos y nos invita a oír (trompetas, truenos, arpas, coros); ver (ángeles, candelabros, estrellas, tronos, piedras preciosas, misteriosos seres vivientes, sellos, caballos, montañas ardientes, bestias, colinas, nombres de ciudades); oler (incienso y azufre);  saborear (un rollo agridulce, agua de vida); tocar (la mano del Señor sobre la cabeza de Juan) entre otros símbolos que se utilizó para transmitir su mensaje.

Por lo general los escritos apocalípticos son seudónimos se atribuía su escrito a algún personaje importante de la antigüedad., pero el libro de Apocalipsis no es una obra seudónima, Juan no se sintió obligado a seguir la formula regular, se identifica claramente a sí mismo (Ap. 1:4,9; 22:8); se dio a conocer a sus lectores a través de las siete cartas a las iglesias de Asia menor (Ap.2-3) quienes eran contemporáneos y compañeros de sufrimiento.

El dualismo en el libro de Apocalipsis es un rasgo esencial, éste no es metafísico sino histórico y temporal.  Existen dos poderes opuestos el bien (Dios) y el mal (Satanás), en dos eras definidas la actual que es temporal y perversa bajo la hostilidad del imperio (control de Satanás);  la futura que es eterna y  justa bajo el dominio soberano de Dios sobre a historia. En la batalla final no hay continuidad entre uno y el otro.

Dios tiene el control de los acontecimientos y un plan para la humanidad. Los fieles son animados a fortalecer su fe y a resistir los tiempos difíciles (persecución) con la esperanza de que Dios soberano sobre todas las cosas, intervendrá en la historia humana para derrotar al mal, juzgar al mundo y establecer su justicia.


Cristina Chiluiza es asesora de la CECE Ambato. Ingeniera Comercial de UTA, con estudios en Derecho.