Hoy iniciamos una serie que nos permitirá adentrarnos en los estudios de Romanos que semanalmente exploramos en la Universidad. Te animamos a participar con tu Grupo Universitario y a profundizar tu exploración con estas 8 entregas especiales.

¿Una sabiduría poco sabia? En esta primera parte, referente a Romanos 1:16-25, Pablo habla sobre la importancia de la predicación del Evangelio, la revelación de la justicia de Dios a través de la fe, y las consecuencias de rechazar la verdad de Dios, lo que puede llevar a la corrupción moral y espiritual.

El poder del Evangelio: justicia, salvación y transformación

El poder del mensaje del Evangelio contiene el mismo poder de Dios, por medio de este todo el que crea puede hallar salvación. Pablo hace énfasis en que no solo los judíos tenían ese derecho a la salvación sino todo el que crea en Cristo. Y eso es lo lindo del ministerio de Jesús, que se sigue predicando aún después de su muerte que el acto de salvación y la justificación por la gracia es para todos. Y quien reciba la salvación, puede llevar la Buena Noticia del Evangelio sin avergonzarse ya que es transformadora y trae justicia.

La sabiduría humana sin Dios: oscuridad, idolatría y confusión

La justicia y sabiduría de Dios se revela en la creación misma, pero cuando estamos alejados de Dios, nuestra falta de justicia y pecaminosidad puede llegar a suprimir la verdad acerca de quién es Él. Y muchas veces eso es lo que hace que no queramos o nos cueste reconocerle. El texto indica que a pesar de conocer a Dios no le glorificamos, no le damos gracias y más bien nos perdemos en nuestros pensamientos y nuestro insensato corazón. Cuando nos centramos en nosotros únicamente y no reconocemos a Dios, podemos crear una imagen errónea de nosotros mismos y de nuestras capacidades, podemos creer que nuestra sabiduría es superior y omitir el hecho de que es Dios el que ha puesto la sabiduría, inteligencia y demás cualidades en el hombre y todas estas deberían apuntar a la redención y restauración de la creación. Pero cuando rechazamos la verdad de que Él es el creador, proveedor y Señor de todo, no podemos llegar a ninguna conclusión correcta sobre cómo funciona el universo. El resultado de esto es que nuestro pensamiento se vuelve inútil y nuestros corazones se oscurezcan incluso ante la posibilidad de la existencia del único Dios verdadero.

Aun así, anhelamos adorar algo y, por lo tanto, creamos imágenes que se parecen a personas, animales o ideales sociales, enaltecemos esto pensando que nos hemos vuelto sabios. Así como en la antigüedad el pueblo de Isael a pesar de tener un Dios vivo que los acompañaba pedían tener dioses físicos a los cuales adorar, en la actualidad también buscamos nuestros propios dioses o ídolos en ideales, cosas materiales o placeres en los cuales deleitarnos.

Fe en el campus: resistiendo el orgullo intelectual

En el contexto universitario la tentación a desacreditar a Dios y tomar a la fe como algo antiguo o sin sentido puede ser aún más evidente ya que hay muchos discursos intelectuales que pretenden demostrar que solo a partir del razonamiento y poder humano se ha podido llegar a tanto avance y descubrimiento. Dejando de lado que ha sido Dios mismo el que ha creado todo, nos ha dado ese razonamiento y nos ha llamado a ser sus administradores de su creación en esta tierra.

Por ello es importante pedirle al Señor que nos ayude a reconocer y discernir si es que nuestro pensamiento o corazón se está nublando y enalteciendo hasta tal punto que nos olvidamos quien es Él, que somos de y para Él. Que podamos identificar qué tipo de mentiras hemos aceptado en lugar de las verdades de Dios. Y pedirle al Señor que nos ayude a alinearnos más con su verdad y poder más bien ser ese reflejo de Su luz en donde Él nos lleve. Que el conocerle y ser salvos nos de tal dicha que no podamos dejar de contarle a otros quien es Él, que no nos avergoncemos de decir que en Él hay salvación, esperanza y verdad.

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Foto de Tatiana Vera 2024

Soy Psicóloga Clínica de profesión, graduada de la UDLA. Sirvo como Asesora Pastoral en la CECE desde hace 4 años. Me gusta mucho la música y cantar.