La Iniciativa Logos y Cosmos es un espacio de reflexión y capacitación académico-teológica sobre prácticas de justicia y cultura de paz desde la misión integral, en cuatro movimientos nacionales de la IFES en América Latina:

  • CECE – Ecuador
  • COMPA – México
  • MUC – El Salvador
  • UCU – Colombia

Es la primera vez que el movimiento CECE participa desde la perspectiva de proyectos de servicio. El equipo estuvo conformado por:

  • Un asesor (Miguel Peñafiel).
  • Una representante estudiantil (Karen Peñafiel).
  • Un profesional de apoyo (Karoline Saltos – yo).
  • Y, como incorporación valiosa, nuestra Directora Nacional (Lupita).

Proceso formativo y reflexivo

Durante el proyecto “Abriendo Caminos de Justicia y Paz”, participamos durante cuatro meses en sesiones quincenales con el equipo de facilitadoras, compañeros de otros movimientos e invitados clave que compartieron experiencias y reflexiones sobre proyectos de servicio y la historia de nuestros movimientos.

La historia del movimiento estudiantil está cargada de acciones nacidas en contextos complejos, lo que forma parte de su identidad. Servir es una práctica que vive en el corazón de la fe cristiana y forma parte de la vida de todo creyente. Todo estudiante que cree en la visión de Jesucristo tiene un llamado al servicio, a ser parte de su misión restauradora.

En este espacio, reconocimos que la búsqueda de la paz y la justicia es un pilar teológico central en las Escrituras. Esta memoria histórica también nos conmueve y nos impulsa a actuar por la justicia, desde el compromiso y la compasión.

Proyecto en Pedro Carbo

El diseño de nuestro proyecto en Pedro Carbo fue motivado, en parte, por la memoria de los cuatro niños desaparecidos en Las Malvinas —una tragedia dolorosa que aún se está esclareciendo. Sabemos que la ley no sanará la ausencia de esta infancia ni el dolor de sus familias, pero este recuerdo encendió en nosotros un llamado urgente a actuar por la niñez vulnerable.

La Iglesia Manantial de Vida en Pedro Carbo está sostenida por el amor y la dedicación de hermanos que viajan desde Guayaquil para servir, especialmente a los niños, quienes asisten solos o con vecinos. Esta realidad nos conectó con la historia de los niños de Las Malvinas y nos confirmó que la iglesia debe ser un refugio seguro.

Nuestro objetivo fue claro: mostrar, desde la práctica, que Jesús no solo salva, sino que también es nuestro maestro de paz y reconciliación. Queríamos que los niños pudieran ver eso en acciones concretas, dentro de su comunidad.

Junto a hermanos de la iglesia, el pastor y miembros de la CECE, desarrollamos una guía práctica con medidas de prevención y protección, para garantizar espacios más seguros para los niños en nuestras iglesias.

Además, aunque sin experiencia técnica, pero con la guía de la arquitecta Jenny Campo, comenzamos la construcción de un muro de contención que refuerce la estructura del terreno de la iglesia. Esta obra busca prevenir riesgos ante la erosión del suelo. Aún hoy, esta construcción continúa con el compromiso de la comunidad, y nos alegra saber que avanza paso a paso.

Servir en Pedro Carbo no solo llenó nuestros corazones; también desafió nuestra conciencia y nuestra fe. El servicio no es solo acción, sino un ejercicio profundo de reflexión sobre lo que debería ser distinto bajo la visión de Dios. Reconocemos que vivimos en un mundo lleno de dolor, pero también hemos aprendido a ver a Dios obrando, a través de su Espíritu y de su Iglesia.

El proyecto trajo muchos desafíos logísticos, especialmente al coordinar con los 16 estudiantes que nos acompañaron. Pero admiré profundamente la humildad y disposición de mis compañeros, quienes no dudaron en incomodarse con tal de cumplir la misión. Ese espíritu servicial es un sello que llevarán por siempre.

Encuentro en Colombia

El encuentro en Colombia no fue un simple campamento ni una formación más: fue un verdadero reencuentro. A través del diálogo, descubrimos cuánto compartimos como movimientos latinoamericanos. Nuestras historias están entretejidas por las mismas luchas, pero también por la esperanza compartida en Cristo.

Encontrarme con mis hermanos conectó con mi dolor, pero también con mi esperanza. Una esperanza que se aferra a la justicia de Dios —una justicia que sanará completamente todo lo que hoy parece estar roto. El encuentro fue fortalecido por los mensajes de Semana Santa, y qué poético fue cerrar con un domingo de resurrección: un recordatorio de que la misión inicia y termina en Cristo, quien transformó todo con su resurrección.

Hoy, la misión estudiantil evangelizadora sigue viva. No solo porque esperamos, sino porque respondemos a su llamado, compartiendo su justicia con un mundo que aún no le conoce, pero que será transformado a través de sus hijos. Y eso lo cambiará todo, en el nombre de Jesús.

Testimonio de Karen Peñafiel

“En lo personal, lo que más me marcó fue el tiempo con los niños en Pedro Carbo: compartir, enseñar, ver sus caritas felices… eso me llenó de alegría. Claro que hubo retos: el calor, la logística, el esfuerzo físico. Pero ver a todos trabajando con ánimo lo hizo más llevadero y profundamente significativo.

En el encuentro de Colombia, uno de los momentos más significativos fue cuando el equipo anfitrión, nos recibió con un acto de lavado de pies, recordando el servicio de Jesús. También celebramos la Santa Cena, hicimos una fogata con cantos bajo la luna y compartimos dulces típicos de nuestros países en un tiempo muy especial de comunidad y cultura.

Después de vivir todo esto, tengo aún más claro que los movimientos estudiantiles pueden ser agentes de transformación social. Cuando nos organizamos y actuamos desde la fe, con propósito y convicción, podemos generar un impacto real en nuestras comunidades, mostrando el amor de Dios de forma práctica y cercana”.

Karen Peñafiel, Estudiante de Pedagogía de los Idiomas en la Universidad de Guayaquil.

Conoce más a los autores

Project Manager en empresa de telecomunicaciones con formación en MSc. Dirección de la Gestión Pública y Economista, experiencia de más de 5 años como gestora y especialista de proyecto en el ámbito social y educativo. Cristiana, miembro de la Misión Evangélica Pentecostal “Testigos de Jesucristo”, colaboro en el Ministerio de Alabanza de la iglesia junto con mi familia, mi mamá, mi hermana pequeña y mi perrita Canela.

Soy guayaquileña, estudiante de Pedagogía de los Idiomas en la Universidad de Guayaquil. Sirvo en la CECE desde 2024 y me encanta participar en misiones, trabajar con niños y adolescentes, y llevar esperanza a donde Dios me llame. Amante de los idiomas, el café y mamá de tres gatitos curiosos.